miércoles, 23 de junio de 2010

A 30 años de la pérdida de Don Virgilio Travieso


El pasado sábado, día 19, pasó desapercibido el aniversario 30 de la muerte de Agustín Virgilio Travieso Soto (Don Virgilio), el Padre del Baloncesto Dominicano.

Don Virgilio fue un practicante del baloncesto en las décadas de 1940 y 50, llegó a integrar la selección nacional a la que luego dirigió.

Fue uno de los fundadores de la Federación Dominicana de Baloncesto (Fedombal). Sin embargo, siempre pagaba los 10 ó 50 centavos que costaba la entrada para ver los juegos de los torneos.

Jugó también tenis, voleibol, béisbol y softbol. En esta última disciplina se destacó como lanzador a nivel superior.

Se ganaba la vida como vendedor de seguros, lo que no le impidió en erigirse como una columna para el soporte de la vida deportiva dominicana.

En 1945 se graduó como bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas y 10 años después se recibió como instructor de Educación Física ganando fama por su don para trasmitir los conocimientos.

Fundó la Liga Deportiva Intercolegial, fomentó el desarrollo del softbol femenino y fue propulsor de disciplinas tan disímiles como el boxeo, el voleibol, el atletismo, el baloncesto y el golf.

Wiche García Saleta, Enrique Ripley Marín, Máximo Bernard, Max Reynoso, entre otros, compartieron y se inspiraron en su lema de “Sin atletas no hay deporte”.

Honestidad a prueba
Una trayectoria rectilínea en su accionar dentro y fuera del deporte adornaron a su personalidad en extremo sencilla y humilde.

En una ocasión, tras la culminación del Centrobasket de 1975, le devolvió 30 mil pesos al presidente Joaquín Balaguer. Y dos centavos a una compañía de cervezas tras buscar su colaboración para organizar un torneo.

Cuando el Internet, la parábola y la televisión por cable eran ciencia ficción, Don Virgilio se encargaba de mantener a sus entrenados al día sobre las últimas novedades, reglas y técnicas del baloncesto.

Se ganó el apodo de “El Centinela de la Juventud” por la dedicación, afecto y amor profesado a los jóvenes de las diferentes generaciones que tuvieron el privilegio de recibir sus sabias enseñanzas.

Es Inmortal del Deporte Dominicano y fue condecorado con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella en el grado de Caballero en 1970.

Su responsabilidad, honestidad, rectitud y sensibilidad quedaron impregnados en los cargos que desempeñó desde subdirector del liceo secundario Escuela Normal, director técnico de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1974, Director General de Deportes y Educación Física y de la Comisión Nacional de Baloncesto.

Su labor como jugador, dirigente y organizador de justas en diversas disciplinas con la sola recompensa de contribuir al pleno desarrollo del deporte, lo coloca en un plano alcanzado por pocos.

Desde el departamento de deportes de la gloria celestial, junto a un sonriente Iván Brea (disfrutando el triunfo de sus Lakers), Don Virgilio es recordado con cariño, afecto y nostalgia.

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